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Los Secretos de las Camelias

El Diario de Marcos: 6 de febrero Final

Cuando me citó en la casa de campo lo primero que pensé fue en putas y en conciertos de rock. Lo de las putas tenía sentido, en plan recordar nuestro primer encuentro, pero lo otro no me encajaba para nada. Y desde luego lo que me encajaba todavía menos era esa carpa gigante. Había carteles por todas partes anunciando Barekai, pero no tengo ni la más mínima idea de lo que es. Y cuando vi un cartel enorme que ponía : Cirque du Solei, os juro que no entendía nada de nada. ¿Me había citado en el circo?. En fin, le gustarían mucho los payasos. No os hagáis la idea equivocada, todavía no me he recuperado del sábado pasado, pero he decidido( después de pasarme la semana entera auto compadeciéndome) que tengo que llevar esta cita lo mejor que pueda y despedirme de ella de la mejor manera posible. Al fin y al cabo una relación tan extraña como la nuestra, no tendría mucho futuro ¿verdad?. La mujer que está en la entrada recogiendo los billetes, abre mucho los ojos al ver mi pase VIP y luego sonríe de oreja a oreja y parece que me ha reconocido, aunque ella a mi no me suena de nada. El caso es que llama a otra chica que andaba rondando por allí le enseña mi pase y le susurra al oído. La chica abre mucho los ojos también y luego suelta una risita nerviosa. Esto es de lo más raaaaaro:

- Por favor, señor, podría acompañarme a su asiento. Su acompañante estará allí en un momento-

¿Acompañante?¿Se refiere a Olga? ¿Como es que a esta chica le parece tan divertido verme? Bueno, la gente que trabaja en el circo tiene fama de estar un poco loca, pero esto...esto es demasiado raro.

Al final la chica me deja en un asiento que está casi pegado al escenario. Es un escenario flipante. El suelo brilla como si fuera agua y al fondo se ven algunas varas metálicas que parecen hierbajos. Entonces se apaga la luz. El asiento a mi lado sigue vacio. Pronto en el escenario comienzan a aparecer personas disfrazadas. Parecen animales, es algo increíble.
Cuando todos los personajes han desaparecido de nuevo y la luz vuelve a encenderse me doy cuenta de que hay alguien a mi lado. No es Olga, pero se le parece mucho. Es una mujer mayor, ya con el pelo lleno de canas, con los ojos grandes y verdes que me miran sin pestañear:

- ¿Eres Marcos verdad?- se nota su acento extranjero arrastrando las eres más de la cuenta
- Si, soy yo- no puedo evitar tragar saliva, esa mujer parece que me está leyendo el pensamiento
- Mi nombre es Nadia, soy la madre de Olga- me tiende una mano huesuda y llena de venas- encantada de conocerte-
- si, yo esto...igualmente. Creía que había quedado con su hija...-
- Si, así es, ella vendrá luego- sonríe- yo sólo quería conocerte - me da escalofríos esa sonrisa, parece la de una pantera ante su pobre presa.
- Pues esto...ha sido un placer- dios, quiero que se vaya ya o que se apaguen las luces, lo que sea con tal de que se vaya.
- Si la quieres lo suficiente quizás ella se quede-
-¡¿cómo?!- creo que no la he entendido bien...
- He dicho que si la quieres lo suficiente ella se quedará, pero aquí no valen medias tintas, todo o nada Marcos, esa es tu elección- y se marcha

No he entendido nada de lo que ha dicho. ¿Olga se quedará si yo la quiero? Pero por el amor de Dios, si ya la quiero, tanto que me duele pensar en ella. Daría lo que fuera por que se quedara y poder enseñarle más sitios. Pero no sé nada de ella, siempre tan misteriosa, con su trabajo, con su familia...

Estaba tan metido en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que las luces se habían apagado de nuevo y que el espectáculo continuaba. Todo el mundo estaba callado, como manteniendo la respiración, y cuando miré al escenario entendí por que. Descolgándose desde el techo, iluminada por una luz blanca brillante, descendía una figura pequeñita. Era un ángel. Movía sus alas lentamente mientras descendía colgado del arnés. La imagen dejaba sin respiración. Cuando llego al suelo y soltó las alas, fue mi corazón el que dejó de latir. Primero fue el pelo rojo fuego trenzado, luego la piel blanca transparente y luego los enormes ojos verdes. Olga estaba allí de pie en el escenario, convertida en el ángel más bonito que yo haya visto jamás. Por un momento nuestras miradas se encontraron y solo por un instante me pareció que sonreía. Luego soltó el arnés de su cintura, y se agarró a una red blanca que había bajado del techo. En los siguientes quince minutos creo que se me olvidó como respirar.
Olga se agarraba y se soltaba de la red, colgado a unos cuatro metros sobre el suelo. Volando por encima de nuestras cabezas y haciendo movimientos que yo creía imposibles. Era flexible, ágil y perfecta. Era imposible quitar los ojos de ella mientras realizaba su numero de acrobacias aéreas. La trenza ondulaba de un lado a otro como siguiendo sus movimientos y el traje blanco brillante adornado con cristalitos, la hacían parecer un ser de otro mundo. Un ángel de verdad. Si todavía quedaba algo de mi que no estaba colado por ella hasta los huesos, estoy seguro de que cayó en ese momento.


El espectáculo duró más de dos horas y en todo ese tiempo no pude apartar mis ojos de ella. El espectáculo contaba la historia de un ángel caído del cielo, al que ayudaban hadas, trasgos y duendes a volar de nuevo y volver al cielo. Era magnífico. Todos se movían y doblaban como si fueran de goma y algunos incluso volaban de una plataforma a otra. Pero ella ... Ella era la joya de la corona. Tan blanca y resplandeciente los demás seres no podían evitar adorarla. Y yo tampoco. En todo ese tiempo nuestras miradas apenas se cruzaron un par de veces, pero yo sabía que ella sabia que yo estaba allí. Y yo solo quería saltar al escenario y decirla que la quería, pero mis piernas se negaban a moverse. Esto explicaba muchas cosas. El circo, claro. Desde luego no pasaba mucho tiempo en cada ciudad. Posiblemente nacería en el circo. Este es su mundo. Y estoy seguro que esa pantera que tiene por madre también trabajaba en el circo. Por eso no puede quedarse...el espectáculo debe continuar.
La misma chica que antes me llevó a mi asiento ahora me saca de mis pensamientos carraspeando a mi espalda:

- Señor, su pase VIP, le permite un paseo por el backstage, le gustaría ir-¡Pues claro que quiero ir!¡Tengo que verla!

Cuando entro en el backstage todo el mundo se me queda mirando. Están todos quitándose los llamativos trajes y tomándose algo, pero todos se paran al verme entrar. Es como si todos me conocieran. Nadia, la mujer gato- madre de Olga, aparece desde una esquina:

- Gracias Nuria, ya me encargo yo- la chica me sonríe una vez más y luego desaparece detrás de una cortina. La mujer gato me mira con impaciencia- Vamos Marcos, sígueme-

Después de meterme por unos laberínticos pasillos por los que no me veo capaz de volver, me deja ante la puerta de un camerino:

- Bueno chico, ahora es todo cosa tuya, te aconsejo que no la fastidies- parece que se va a ir pero se vuelve y me amenaza con el dedo- y recuerda, por si se te ocurre hacerla llorar, que la caída desde la cúpula el escenario es más de cuatro metros- dios, eso si que es una amenaza.

Con los huevos todavía de corbata por la amenaza llamo a la puerta. La voz de Olga me invita a pasar desde dentro. Me esta esperando. Está sentada en una butaca con una bata blanca puesta y el maquillaje del espectáculo. Sus ojos verdes brillan mucho más de lo habitual:

- Ahora lo entiendes ¿no? Esto es lo que soy, por eso no podemos estar juntos- se levanta y empieza a dar vueltas por la habitación- Mañana salimos hacia Bilbao, luego Barcelona, Paris...por todo el mundo- me mira pero soy incapaz de decir nada- No podía contártelo, mi madre me lo prohibió. Es muy importante que mantengamos nuestra intimidad- coge el bolso y me lo lanza- Los mensajes eran siempre mensajes para ensayar, practicar, hacer ejercicio- Se vuelve a sentar y me mira directamente- Esta es mi vida y no va a cambiar. Lo siento no podemos estar juntos-

Es como si me hubieran atravesado el corazón con una estaca. La miro a los ojos de nuevo. Están brillantes si, pero no es por culpa del ejercicio ni del maquillaje. Ahora que me fijo las manchas blancas que rodean sus ojos están difuminadas y sus ojos están muy rojos. Ha estado llorando. Realmente no quiere decir lo que está diciéndome. Quiere que me vaya, que me aleje de ella, pero no lo va a conseguir. Hago de tripas corazón y voy hasta ella y la cojo las manos:

- Olga, yo te quiero- la verdad me empuja y me da fuerzas para seguir hablando- maldita sea Olga, creo que te quiero desde el momento en el que me salvaste la vida dándole a aquel tío en la cabeza con tu dichoso libro de física- se ríe pero las lagrimas han empezado a caerle por las mejillas. Animo Marcos- pero por el amor hermosos, me pasé quince días buscándote, preguntando por ti a todos los malditos gorilas de discoteca- cada vez llora más, pero al menos está sonriendo- te robé tu libro de física sólo para poder verte otra vez. Y encima me pasé una puñetera semana buscando un libro de física que pudiera gustarte- ahora el sollozo va acompañado de una carcajada- y bueno, también me subí a una mesa para demostrar que era un capullo y conseguí que todo un bar te aplaudiera, aunque con lo que has hecho esta noche creo que estás mas que acostumbrada- y ahora la parte más difícil- y el otro día...en los jardines, cuando me dijiste que no podíamos estar juntos...me rompiste el corazón. Por favor Olga, no te vayas-

Se ha lanzado a mi cuello y esta llorando contra mi hombro. Yo le paso el brazo por la espalda y la abrazo con fuerza. No quiero que se vaya. No quiero perderla. Nunca. Al final los sollozos se calman y Olga se levanta. El maquillaje está totalmente destrozado, pero con esa sonrisa que tiene está preciosa:
- Marcos, ahora no puedo abandonar el espectáculo ahora- lo sabía la temida contestación, mi corazón se hace pedacitos poco a poco...pero entonces..¿por qué sigue sonriendo?- pero en cuanto termine la gira Barekai, dejaré el circo y volveré a Madrid.

Ahora soy yo el que la abrazo con fuerza. Empiezo a reírme a carcajadas y no puedo parar. Soy podidamente feliz ahora mismo. Ella también se abraza a mí y se ríe. Al rato estamos los dos exhaustos. Nos duele la tripa de tanto reírnos y nos hemos quedado tumbados sobre la moqueta morada del camerino. Me giro para mirarla:

-¿cuándo acaba la gira?-
- En junio- se muerde el labio con cara de pena
- Eso es mucho tiempo...¿qué quieres hacer cuando dejes el circo?-
- Bueno, creo que haré selectividad e intentaré entrar en física. Me encantaría dedicarme a eso-
- Seguro que lo harás muy bien-
- ¿Tú estarás esperándome?-
- Todo el tiempo que haga falta. Ya te he dicho que te quiero, te esperaré- le acaricio la mejilla y vuelvo a mirar al techo para evitar que las lagrimas caigan.
- Marcos...-
- ¿Uhum?-

Vaya esta a menos de dos centímetros de mi cara. Parece que estoy mirando el mar en esos ojos. Podría perderme en ellos. Se agacha y me besa, lenta, suave y dulcemente. Cuando se separa apenas puedo respirar. Me mira de nuevo y me sonríe de lado a lado y mi corazón da un bote:

- Yo también te quiero-

El diario de Marcos: mi historia acaba aquí, pero nuestra historia, está aún por empezar. Puede que sea la historia de amor más rara que hayáis leído hasta ahora, pero os aseguro que merece la pena vivirla. Viernes 6 de Enero de 2008

Marcos


2 comentarios

Laura -

Muy bonita, me ha gustado mucho. Los finales felices y empalagosos molan XD
Pero de los agentes secretos tambien hubiera estado bien... XDDD

Cris Xococrispip! -

Eres una maldita artista, Lauraaa!!
Me ha encantado el finaaaaal... Y eso de q ella forme parte del Circo del Sol, con lo q me gusta, mucho más!! Q guachi!!Me gusta, me ha gustado muchísimooooo!!!

PD: Ejem ejem...Después de acabar esta historia, espero q sigas la de Noa y su abuela-rara...^^